Kowalski expone
La Municipalidad de Posadas, invita a visitar la muestra del prestigioso artista Zygmunt Kowalski que se encuentra el Museo Municipal de Bellas Artes Lucas Braulio Areco. “Misiones…Paraíso de Luz” consta de treinta obras que están expuestas hasta el 2 de noviembre. El MMBA abre sus puertas de lunes a viernes de 08 a 12.30 y de 16 a 20 horas; sábados y feriados de 17 a 20 horas. Está ubicado en calle Rivadavia Nº 1846 ó ingreso por Paseo Bossetti –Bolívar entre Buenos Aires y Rivadavia.
Don Zygmunt: un ciudadano del planeta
Local y universal. Nacido en el extranjero y a la vez más misionera que muchos misioneros. Hablante y traductor de diversas lenguas, conocimientos desarrollados para subsistir pero también el más pleno reflejo de una profunda vocación por entender y dialogar con el mundo: español, inglés, francés, polaco, italiano, ruso, alemán, portugués. La fuerza expresiva de sus obras, fue tornándolas en el curso del tiempo, un reiterado equipaje hacia el exterior. Hoy esparcidos en caso todos los continentes, sus más de 6.500 cuadros se han convertido en muchas ocasiones, en el mejor presente elegido para Diplomáticos, Presidentes y otros primeros mandatarios del Estado, entre otros, los de China, Estados Unidos, España, Italia, Polonia, Argentina, Brasil, Paraguay.
Persona luminosa y simple. Serena e impaciente. Comenzó a dibujar de niño para nunca dejar de hacerlo. El primer dinero nació del mismo intercambio por bocetos para sus compañeros del colegio. Desarrolló distintos oficios para vivir: el de ayudante de agrimensura, el de electricista bobinador de motores y por siempre, el de traductor público. No obstante ello, es hace mucho tiempo uno de los pocos artistas que en la región vive de su arte, lo cual no es un logro menor en estas latitudes. Junto a su compañera Helena, pintando fundó su familia y su casa, un hogar en el que la expresión artístico-cultural fue siempre, el más preciado alimento para convertirnos en personas, seres humanos libres, qué más pedir!
Ciudadano embajador permanente de la paz y la belleza inconmensurable de aquella madre a quien siempre agradece: la naturaleza. Venció uno de los más difíciles desafíos que pueda tocarle a un ser humano: evitar un pasado como prisionero de guerra en campos de trabajos forzados del nazismo, contamine con odio y resentimiento su presente y futuro. Contrariado ese destino miserable que toda guerra acostumbra imponer a sus protagonistas, Zygmunt se convirtió en un verdadero dador de belleza, ejerciendo la creación de vida en casa gesto de luz y color, en cada gesto de amor.
Don Zygmunt: un ciudadano del planeta
Local y universal. Nacido en el extranjero y a la vez más misionera que muchos misioneros. Hablante y traductor de diversas lenguas, conocimientos desarrollados para subsistir pero también el más pleno reflejo de una profunda vocación por entender y dialogar con el mundo: español, inglés, francés, polaco, italiano, ruso, alemán, portugués. La fuerza expresiva de sus obras, fue tornándolas en el curso del tiempo, un reiterado equipaje hacia el exterior. Hoy esparcidos en caso todos los continentes, sus más de 6.500 cuadros se han convertido en muchas ocasiones, en el mejor presente elegido para Diplomáticos, Presidentes y otros primeros mandatarios del Estado, entre otros, los de China, Estados Unidos, España, Italia, Polonia, Argentina, Brasil, Paraguay.
Persona luminosa y simple. Serena e impaciente. Comenzó a dibujar de niño para nunca dejar de hacerlo. El primer dinero nació del mismo intercambio por bocetos para sus compañeros del colegio. Desarrolló distintos oficios para vivir: el de ayudante de agrimensura, el de electricista bobinador de motores y por siempre, el de traductor público. No obstante ello, es hace mucho tiempo uno de los pocos artistas que en la región vive de su arte, lo cual no es un logro menor en estas latitudes. Junto a su compañera Helena, pintando fundó su familia y su casa, un hogar en el que la expresión artístico-cultural fue siempre, el más preciado alimento para convertirnos en personas, seres humanos libres, qué más pedir!
Ciudadano embajador permanente de la paz y la belleza inconmensurable de aquella madre a quien siempre agradece: la naturaleza. Venció uno de los más difíciles desafíos que pueda tocarle a un ser humano: evitar un pasado como prisionero de guerra en campos de trabajos forzados del nazismo, contamine con odio y resentimiento su presente y futuro. Contrariado ese destino miserable que toda guerra acostumbra imponer a sus protagonistas, Zygmunt se convirtió en un verdadero dador de belleza, ejerciendo la creación de vida en casa gesto de luz y color, en cada gesto de amor.
fuente Línea Capital
Escrito por MT®
a las 16:08.
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